Queremos profundizar en la complicidad gigante que une Can Duran a La Cubana en su último espectáculo, Gente bien, que se puede ver en el Teatro Coliseum desde hace un par de meses, y que, por cierto, es un regalo de Navidad excelente. El director de la mítica compañía, Jordi Milán (Sitges, 1951), nos recibe en la pastelería Escribà, y nos lo cuenta todo, todo y todo sobre su relación con la marca de embutidos artesanos de Splendid Foods, con quien comparte, por lo menos, tres valores: creatividad, innovación y sentido del humor.
Jordi Milán, director de La Cubana: «Nos pusimos en contacto con Can Duran porque nos parece una marca innovadora»
Su currículum es el de La Cubana, de la que es fundador con Vicky Plana en 1980. 36 años después, una mera enumeración de la treintena de producciones de los cubanos ocupa tres hojas bien buenas, con hitos tan celebrados por lo que llaman el gran público como Cómeme el coco, negro (1989), Teresina SA (1991), Cegada de amor (1993), Una nit d’òpera (2001), Mamá, quiero ser famoso (2003) o la reciente Campanades de boda (2012).
Empecemos por el principio, por el inicio de la relación, Jordi: La Cubana eligió Can Duran por su manera de comunicarse, ¿verdad?
En principio, cuando, a nuestro espectáculo, interviene en tema, por cuestión de argumentación, tenía que haber una empresa dedicada a los embutidos, a nosotros se nos ocurre la idea de buscar una empresa para colaborar, sencillamente por el hecho, porque nos hacía gracia, para el estreno, montar un tinglado, regalar unos fuets y una serie de cosas. La idea parte de ello; no parte de nada más. Pero, a partir de ahí, nos ponemos en contacto con ellos [Can Duran] porque nos parece que es una marca que -aparte del hecho de que yo, por ejemplo, la conozco, porque la gasto-, a nivel visual, a nivel de promoción y todo eso, es innovadora. Nos ponemos en contacto con ellos, hay buena relación y ya está, y empezamos a hablar de ello.
¿En qué se concreta la colaboración La Cubana – Can Duran?
Aparece producto en el espectáculo, si bien no decimos en ningún momento que es de Can Duran. Sí que salen embutidos en diversos momentos, pero no se concreta la marca. La presencia de Can Duran se concreta en que sale en todos los programas, y, después, en la rueda de prensa, por ejemplo, se regaló producto a toda la prensa [La Geganta], y entonces sí que la prensa lo reflejó: desde la televisión, el programa Els matins, cualquier programa, el otro día, en el programa de Cuní, se le regala un fuet de Can Duran y tal. Y, entonces, eso sí, realmente, aquí, sí representa publicidad directa.
Y, después, lo que hicimos es, en el estreno, a toda la gente que venía invitada, se le regalaba un fuet [Exentis], y, además, la base del catering era el embutido: todo el mundo, cuando salía fuera, se encontraba con el fuet en la mano, después de haber visto una función relacionada con los embutidos y todo eso, y que, en el catering, la mayoría de alimentos eran embutidos, y, entonces, esto lo hizo Can Duran muy bien presentado. El intercambio es éste.
También, cada 15 días, un fan de Can Duran en Facebook tiene una alegría. Él y un acompañante.
… Que vienen a ver el espectáculo gratuitamente. Después, estamos muy en contacto: están en contacto el que lleva la parte de promoción nuestra [Daniel Compte] y vosotros [Orbyce Comunicación], y ya está.
Quién es y dónde está hoy la gente bien, en 2016?
¿La gente bien que ridiculiza Rusiñol?
La de nuestros días.
Está en todas partes. Es de otro modo: no es la gente bien de 1917 que escribió Rusiñol; es una gente bien quizás no tan ostentosa, que quizá no enseña tanto el dinero, pero no lo enseña no porque tengan necesidad de enseñarlo, porque, en realidad, la gente bien lo que tiene es la necesidad de enseñar el que tiene. Quizás no lo enseña porque tiene miedo de que, realmente, Hacienda le vaya detrás. Antes, no. Pero la gente sí tiene necesidad de exhibir; en realidad, el nuevo rico es el que tiene necesidad de enseñar lo que tiene.
Ahora, ¿sería un poco más discreto?
Discreto, no. Es otro vocabulario: quizás no exhiben tanto a la brava, pero sí que, realmente, el nuevo rico existe, y existe en todas partes. Es que no hay que ir muy lejos, eh. Lo que pasa es que es de una manera quizás no tan ostentosa.
Al público de La Cubana, que abarca un espectro muy amplio de la sociedad catalana, el hecho de que haga un Rusiñol (o que adapte un Rusiñol) …
… Pero esto es una excusa, ¿eh?
… Exacto. ¿Han entendido este juego? ¿Qué retorno tenéis?
Nosotros, no de ahora, siempre, hemos tenido un público muy amplio, un público que va desde gente muy joven a personas mayores. Gente que nos vio crecer y que, en realidad, han sido nuestros productores reales: los que nos han subvencionado durante estos años no han sido, precisamente, las instituciones, sino que ha sido el público, que es lo que nos ha dado apoyo, y, por ello, hemos podido hacer teatro. Es un público muy amplio -muy amplio, muy amplio, muy amplio, muy amplio-, tampoco no muy teatral. Viene la gente muy teatral; esto, también: la gente muy del teatro viene, pero también viene una gente que, a lo mejor, no va nunca al teatro, y va al teatro para ver La Cubana. Este tipo de público.
No te sé explicar el por qué ni para qué le gustamos y tal. Yo pienso que porque conectamos con ellos a nivel de vocabulario, porque hablamos de unas cosas muy llanas, de un teatro cotidiano que todos hacemos en nuestra vida y que pasa inadvertido como teatro, y que nosotros hacemos un extracto y lo ponemos en los escenarios, personajes reconocibles, los que te puedes encontrar en el metro, te puedes encontrar en el autobús, te puedes encontrar en el mercado, y ya está. Y eso ha sido desde siempre, a base de muchos años, de muchos años, de muchos años.
El motivo de escoger Gente bien es una excusa. No pretendíamos … Lo que pasa es que todo lo hemos hecho ir bien: el hecho de escoger Rusiñol, porque nosotros somos de Sitges y él está muy relacionado; el hecho de que Gente bien es una obrita que han hecho todos los aficionados de Cataluña, y nosotros provenimos del teatro de aficionados, en los inicios; porque habla de algo que a nosotros nos gusta, que es la necesidad de aparentar: de todo esto de los nuevos ricos, de la idiomática. Que, en un momento dado, tal como lo retrata Rusiñol, al 17, la gente hablaba normalmente catalán, pero la moda era hablar en castellano, si tenías que estar dentro de una esfera social determinada y tal, y, entonces, no sabían; él se ríe de eso, del escándalo … Hay toda una serie de condicionantes que hicieron que nos pareciera que iba bien, pero es una excusa, ¿eh? Lo que queremos; a nosotros, realmente, lo que nos interesaba explicar era todo lo que pasa en el espectáculo, todo lo que ocurre a partir de ahí. Lo que pasa es que sí, realmente, es un musical en el que hablamos de todo esto, de la apariencia y de toda esta historia de los nuevos ricos, pero en el que, en realidad, también es como un striptease de La Cubana; en realidad, nos enseñamos nosotros por dentro. Y, por ello, ha sido una excusa perfecta, y ya está.
Un año prorrogable ¿Cómo va, esto?
No, no. Esto no se sabe. Esto lo estás diciendo tú.
Pregunto.
El teatro no es algo que puedes … Tú, a priori, no puedes decir: estaré un año. El teatro es algo del día a día. Tú abres la puerta y, entonces, si no viene la gente, estás una semana; si viene la gente, mínimamente, estás un mes; si no, estás dos meses, estás tres meses … Nosotros hemos tenido suerte siempre y hemos estado bastante tiempo. ¿Cuál es la previsión? No lo sabemos. Va muy bien; eso, sí. Va muy bien, va muy bien. Estamos muy contentos y sorprendidos, también, porque ha habido una respuesta muy grande. Supongo que sí estaremos …; lo que es seguro es que lo que hay en la venta, que es hasta finales de enero, febrero, eso, sí estaremos, porque, realmente, está, y está muy vendido, pero, después de allí, ya veremos. Si es el año, es el año, y, después, ya veríamos a ver lo que pasa.
Seguro que hay para rato, de Gente bien. Muy agradecidos, Jordi.